El club homenajeará a Valva, una de las primeras jugadoras del Proyecto Suma, y que debe ahora retirarse de la práctica del baloncesto.

Hablar de Valva es hablar de uno de los corazones del Proyecto Suma. Una de las semillas de lo que ahora es un enorme bosque de inclusión y normalización. Ya son más de mil familias las que forman parte de la iniciativa del Club Baloncesto Gran Canaria liderada por Javi Choren, pero en su día, en 2019, cuando arrancó, lo hizo con tantas personas como dedos de una mano. Y una de esas personas, era Valva.

A sus treinta y nueve años, Valva encontró un lugar en el que practicar baloncesto, en el que sentirse una más. Rememora Choren que recuerda «empezar en el proyecto, y entrenar algún que otro día a solas con Valva», cuando en el Proyecto Suma había pocos usuarios y alguno de ellos fallaba. «Valva es una persona muy especial, una pieza angular», define él.

En los casi seis años que ha pertenecido a la familia del Proyecto Suma, Valva ha ido sumando amistades y acumulando recuerdos que se lleva ahora a su retirada, como participar en uno de los Campus de Verano del club. «El cambio principal ha sido la motivación y las ganas que mostraba», comenta su hermano Quique, «cada vez que se acercaba un día de entrenamiento o partido». «Todo era una gran ilusión», explica.

Su tía ‘Maruchi’ destacó la figura de Choren, «su corazón y esa empatía que crea entre todos». «Nuestra familia tiene un agradecimiento pleno al Proyecto Suma y al Club Baloncesto Gran Canaria» sentenció.

Valva debe dejar la práctica del baloncesto tras casi seis años de entrega y compromiso con el Proyecto Suma. Este domingo, antes del partido entre Dreamland Gran Canaria y Río Breogán, Valva será homenajeada en su retirada como una leyenda más del club.