Charlamos con Víctor García, entrenador ayudante del Herbalife Gran Canaria y director del XXXV Campus de Verano del C.B. Gran Canaria.
¿Cómo afrontas la dirección de un nuevo campus?
Como siempre, es un orgullo poder dedicarme a la organización de este Campus. Para mí significa mucho, de pequeño iba como jugador y luego como monitor. Es un momento idóneo para los chavales para practicar baloncesto y tiene mucha tradición. Para el Club es un evento muy importante al final de la temporada.
Por segundo año consecutivo, se celebrará en el Colegio Claret.
El año pasado cambiamos la ubicación volviendo al colegio y experimentamos un crecimiento muy grande. Hay que refrendarlo, seguir creciendo cada año y tener la capacidad de ir mejorándolo y de que los chavales tengan cada vez una oferta mejor de actividades, ocio y de calidad a la hora de practicar baloncesto.
¿Qué supone para los chicos y chicas el participar en este campus?
Son recuerdos que te quedan para siempre. Ir a ese campus te da la posibilidad de conocer gente, hacer amigos, relacionarte con gente que durante el año juega en otros clubes. Tener la posibilidad de tener compañeros y entrenadores diferentes enriquece muchísimo. Es una época muy buena para seguir aprendiendo.
¿Qué supone para Víctor García dirigir el campus después de conseguir una medalla de plata europea?
Para mí no tiene mucha diferencia estar en una final de Eurocup que ser organizador del Campus. Yo soy de este club y lo hago cada verano. Muchos años he sido estrenador, como monitor y siempre lo hago encantado. Me gusta mucho el ambiente y la ilusión con la que los niños van a entrenar, y sobre todo el gran trabajo que hacen todos los monitores. Es un orgullo dirigir el clínic y siempre he dicho que sí sin pensármelo cuando he tenido la posibilidad.