Carlos Pérez Miranda es un aficionado del Club Baloncesto Gran Canaria que reside en México. Así lo vive él desde otro continente.
«Soy del Granca. Empecé a jugar baloncesto en 1996 en el Claret. En mi época viviendo en Gran Canaria fui jugador de la cantera bajo equipos dirigidos por Edu Polo y Ñito en el colegio Claret hasta la categoría de cadete. Entrené en las canchas de Rabadán en las tardes porque vivía muy cerca y doblaba entrenamientos al llegar del colegio, luego nos mudamos al pabellón de San José. Coincidí en varios campus y clinics con Pedro Domínguez, Víctor García, Delfín, Ismael, Raúl, Himar Ojeda y una enorme lista de entrenadores que me fueron enseñando más y más baloncesto. Luego en 2001 pasé a formar parte del equipo de entrenadores de la cantera en los colegios Iberia y Aguadulce, donde ya conocí otra parte del club, desde dentro. Tuve la oportunidad de entrenar en minibasket a Fabio Santana, a Christian Díaz y a muchos otros niños que han seguido vinculados de una u otra forma al baloncesto, ya sea en el Granca o fuera de él, llegando varios a debutar en ACB.
Me fui de Gran Canaria en 2004, septiembre. En aquel año estaban Moran, Savané, Roberto Guerra, Klein, Baldo, Gonzalo Martínez, Hernández-Sonseca, Salva Camps, Will McDonald en su primera etapa en el equipo y acompañados por Ime Udoka y un presencial Lampropoulos.
Desde que salí he visto al equipo crecer, siempre desde la distancia, ser un habitual de las Copas del Rey y Playoffs, habiendo viajado a muchas copas: Copa de Valencia 2003, Zaragoza 2005, Madrid 2006, Málaga 2007, Madrid 2009, Madrid 2011, Vitoria 2013, Gran Canaria 2015 viajando desde México a esta última. He visto al equipo participar y renunciar a la actual Eurocup, ver partidos desde Orange Arena, a veces en diferido por las diferencias de hora, escucharlo con los comentarios de Moisés Rodríguez en la Radio Autonómica por Internet, seguir por Twitter los resultados en vivo con conexiones buenas y no tan buenas… Pero lo más duro ha sido no poder compartir alegrías con nadie, muchas veces estar solo y celebrar en la distancia, con conversaciones por whatsapp con mi padre y mi hermano. Mi padre, abonado al Granca desde que tengo memoria, y mi hermano, otro exjugador de la cantera que desde hace tres años también sigue al equipo en la distancia.
El club que vi al irme y el que veo al volver es el mismo en filosofía, pero todo lo que hemos crecido y conseguido es impresionante. El nuevo pabellón, las semifinales de Copa y Playoff, la final de Eurocup… y como destacados: la vuelta de Pedro en su segunda etapa, la retirada de la camiseta de Moran, la vuelta de Savané… y ser un equipo referente en los últimos 12-15 años.
Con Pedro y Salva pasamos de lo raro a lo habitual (jugar Playoff y Copa). Con Aíto hemos pasado de lo imposible a lo posible, creíamos que era imposible jugar una final de Copa o una final europea, hemos jugado dos finales de torneos en el último año, y seguimos vivos en Europa este año.
Yo vi jugar en la 2001-02 a Vincenzo Esposito y Jean-Marc Jaumin y salvarnos del descenso hace ya muchos años. Hoy, que somos un clásico en Copa y Playoff, que encadenamos récord tras récord, superamos nuestros mejores resultados en competiciones europeas y domésticas, no puedo estar más orgulloso de dónde venimos. El balance entre humildad y ambición de este equipo es lo que nos hace grandes, no hay otro equipo igual.
Una vez alguien muy querido en la isla dijo: “Dormir poco, soñar mucho”. Llevamos soñando muchos años con este equipo, ojalá nunca despertemos de este sueño. Dicen que en la vida sólo se puede ser de un equipo, yo soy del GRANCA.
Desde la distancia, desde la isla, desde el CID y desde el nuevo pabellón, siempre ¡¡¡VAMOS GRANCA!!!»