El equipo amarillo logró forzar el tiempo extra con un triple de Báez pero no logró consumar la remontada.
Avisaba en sala de prensa Luis Casimiro de la dificultad del choque en Badalona. También lo había hecho Luke Fischer, que en la previa recordaba la derrota ante el por entonces colista Real Betis Energía Plus. No hay partido fácil en la Liga Endesa y aunque a muchos entendidos les pueda sonar a tópico, los resultados de cada fin de semana son buena prueba de ello.
El Divina Seguros Joventut llegaba al duelo con los grancanarios con una imperiosa necesidad de ganar. No le servía otra cosa al histórico equipo badalonés, colista con un balance de 4-20 y con doce derrotas consecutivas. Sufrió en el inicio el equipo de Carles Duran, quizá maniatado por la responsabilidad y el nerviosismo. Herbalife Gran Canaria controló el tempo del choque de salida (3-7, minuto 3) con un acertado Xavi Rabaseda, autor de siete de los primeros nueve puntos de los claretianos.
Sin embargo, las segundas unidades cambiaron el desarrollo del choque. El argentino Nicolás Laprovittola, titular en la dirección de juego, congenió mejor con los compañeros que salieron de banquillo. El talentoso jugador supo encontrar a Conger y luego fue capaz de anotar cinco puntos consecutivos (15-11, minuto 6) para lanzar a los suyos. La ‘Penya’ aprovechaba su acierto exterior y el atasco ofensivo de los de Luis Casimiro para construir una renta que, poco a poco, crecía de manera amenazadora. El último minuto de cuarto, solo maquillado por una canasta individual de Mekel, fue oscuro para un Herbalife Gran Canaria superado al que el descanso entre cuartos llegó como agua de mayo (27-17).
La diferencia alcanzó los 12 puntos con la primera canasta del cuarto. Fue de Albert Ventura, lograda tras más de un minuto y medio de desaciertos encadenados por parte de ambos conjuntos. El Herbalife Gran Canaria se enchufó en defensa para dificultar algo los tiros exteriores del Divina Seguros Joventut. Colapsó bien la zona para evitar que Jerome Jordan, acertado hasta entonces, siguiera engordando sus números, y poco a poco recuperó terreno.
Un triple de Gal Mekel y dos tiros libres de Eulis Báez tras una clara antideportiva de Laprovittola (35-31, minuto 17) apretaba un poco las cosas. Sin embargo, los de Luis Casimiro no eran capaces de aprovechar las diferentes situaciones del juego para cercar aún más al equipo local, que mantenía cierta alegría de verse por delante durante tanto tiempo en un partido de tanta necesidad. Así, el conjunto de Durán, a base de esfuerzo y sacrificio, logró sobrevivir a su falta de acierto en un gris segundo cuarto para cerrar la primera mitad con ventaja (41-37).
Prórroga sin final feliz
Tras la reanudación el Herbalife Gran Canaria consiguió colocarse a tan solo un punto con tres tiros libres de DJ Seeley y Ondrej Balvin. Amenazaba el Herbalife Gran Canaria con cerrar la remontada, pero la ventaja claretiana no llegaba y el Divina Seguros Joventut seguía corriendo con oxígeno. Laprovittola se puso manos a la obra y comandó un parcial de 11-2 (52-42, minuto 25) que volvió a distanciar a los locales pese a un tiempo muerto previo de Luis Casimiro.
La vieja guardia, clave en el triunfo del pasado fin de semana ante MoraBanc Andorra, hizo acto de presencia para igualar las fuerzas. Siete puntos consecutivos de Albert Oliver y Eulis Báez (52-49, minuto 27) reconectaba al conjunto isleño y obligaba a Carles Durán a solicitar tiempo muerto. Pero cada vez que el Herbalife Gran Canaria amenazaba con remontar, el Divina Seguros Joventut respondía con entereza. Con la que le faltaba a un Granca dependiente del acierto individual. Cuarto de parciales que se cerraba con empate en los diez minutos, es decir, con cuatro ventaja para los locales (60-56).
Un triple lejano de Radicevic y un tiro libre convertido por Fischer volvía a colocar al Herbalife Gran Canaria muy cerca de consumar la remontada (62-60, minuto 33). Pero la ‘Penya’, consciente de sus necesidades y de la oportunidad que con el paso de los minutos se le iba mostrando, aprovechaba toda mínima oportunidad de mantener la delantera en el luminoso. Conger, destacado junto a Laprovittola durante todo el encuentro, transformaba un ‘ariball’ de un compañero en una acción de canasta más adicional que obligaba a Casimiro a pedir tiempo muerto.
El Divina Seguros Joventut había llegado la delantera durante gran parte del partido, pero el Herbalife Gran Canaria había sido capaz de no perderle la cara al encuentro. Dos tiros libres de Báez que llegaron en una falta tras cinco rebotes ofensivos seguidos de los isleños, ponían el marcador en un puño. Y a poco más de un minuto para el final, Xavi Rabaseda daba ventaja a los amarillos con una buena penetración. El choque transcurrió entonces por unos derroteros donde el talento individual respondía a lo que quemaba la bola. Patrick Richard, tras un ataque bien elaborado, anotaba de dos para el 80-77.
Quedaban apenas 7,3 segundos, Casimiro dibujaba la jugada en la pizarra… y Eulis Báez clavaba un triple que igualaba el choque. Tuvo aún cinco segundos la ‘Penya’ para conseguir una canasta que diera la victoria, pero Conger, en el último intento, no logró anotar.
El tiempo extra, forzado por el Herbalife Gran Canaria, arrancó con dos tiros libres de Albert Oliver. Pero fue el Divina Seguros Joventut el que logró estar por delante durante casi dos minutos. El partido entró en un período de nerviosismo y desaciertos. A los amarillos les seguía costando anotar desde fuera y los verdinegros no eran capaces de abrir brecha. DJ Seeley cogió entonces la responsabilidad y desde su talento individual lideró a los isleños.
El californiano, que antes había logrado un importante 2+1, clavaba un triple a 41,1 segundos del final que colocaba el 88-91 en el marcador. Lo tenía en la mano el Herbalife Gran Canaria, pero el Divina Seguros Joventut siguió peleando. Primero, consiguiendo el 90-91; luego, robándole la bola a DJ Seeley. Dos tiros libres de Laprovittola ponían el 92-91 en el marcador del Olímpico de Badalona… y los claretianos no lograron anotar en la última jugada para evitar la derrota en una cancha que empieza a ser maldita.