El Herbalife Gran Canaria, tras eliminar a Valencia Basket y Dominion Bilbao Basket, se cita en la final con un Real Madrid de otra dimensión.
Por amor al juego y la camiseta. El equipo claretiano ha hecho posible lo imposible y ha hecho realidad un sueño que pocos se atrevían a soñar. Los amarillos jugarán la final de la Copa del Rey ante Real Madrid en el Coliseum de A Coruña este domingo a partir de las 18 horas (hora canaria). El choque se podrá seguir en el vídeomarcador del Gran Canaria Arena, con entrada gratuita desde las 16:30 hasta completar aforo.
Pocas líneas se pueden escribir de un grupo irreductible, de amor incondicional por lo que hacen y en lo que creen; con un sentimiento inequívoco de pertenencia. Da igual el acento de Santo Domingo o el de Dakar; el catalán o el inglés australiano o americano. Todos y cada uno de los jugadores que defienden la camiseta del Herbalife Gran Canaria lo hacen como si hubieran soñado con hacerlo en algún momento de su niñez.
Y a eso se aferra el sentimiento claretiano hoy ante un Real Madrid de otra dimensión. A la pasión, a lo absurdo de romper lógicas establecidas. Al corazón por encima de la razón. El Herbalife Gran Canaria se mide a un equipo que ha sido campeón de todo. Un grupo de estrellas como Andrés Nocioni, Sergio Rodríguez, Sergio Llull o Gustavo Ayón. De trabajadores galácticos como el otrora amarillo Jaycee Carroll, Felipe Reyes o Jeffery Taylor. Un sinfín de jugadores capaces de derrotar a cualquier equipo de Europa.
El Herbalife Gran Canaria llega tras firmar dos remontadas antológicas cuando pocos apostaban por ellos. Esa garra debe exhibirla el equipo de Aíto García Reneses desde el salto inicial.
Pero disfrutando. Porque el Granca se ha ganado el derecho a soñar. Porque defiende una isla irreductible que empujará con miles de almas a un grupo de jugadores que sí, que son de Gran Canaria y suya la sienten.