Este verano, además de los fichajes que están rindiendo tan bien en la pista, el Herbalife Gran Canaria cambió también su cuerpo técnico.
El aficionado se centra siempre en lo que sucede en la pista con los jugadores y, a lo sumo, en lo que el entrenador exige desde el banquillo. En el ostracismo queda muchísimas labores como la de los fisioterapeutas del equipo. Este año, Javier Guerra y Raúl Quintana están debutando en esta parcela del Herbalife Gran Canaria. Así lo están viviendo y este es el trabajo que deben desempeñar.
Pregunta: Para ti, el Herbalife Gran Canaria no es tan desconocido.
Javier Guerra: Ya había tenido la suerte de estar con los jugadores en alguna ocasión de la mano de Jose y Nelson, y una vez ellos no deciden seguir con el club, el club se pone en contacto conmigo y me ofrece pertenecer al cuerpo técnico. Es una gran oportunidad personal y profesional estar con un equipo de élite. Siempre había sido un reto que había tenido y estoy muy contento de que hayan contado conmigo.
P: ¿Cómo te llega la oportunidad de estar con el Granca?
Raúl Quintana: He trabajado dos años en una empresa haciendo labores de traumatología deportiva, compaginándolo con dos años en un equipo de la Tercera División de fútbol.» «La oportunidad surge a través de Javi, que se pone en contacto conmigo porque el club le ha encomendado buscar un fisio de su confianza. Me lo comento y yo encantado, por supuesto.
P: ¿Cómo han sido los primeros meses?
Javier Guerra: Tanto el cuerpo técnico como los jugadores nos han acogido estupendamente desde el primer día. Me ha sorprendido la calidad humana de los jugadores y el cuerpo técnico. Somos como una familia y si no llega a ser por el buen ambiente las cosas no serían tan sencillas. Nos están acompañando los resultados y eso se nota en el ambiente.
P: Cuando uno piensa en un fisioterapeuta de un equipo, piensa en lesiones.
Javier Guerra: «No solo recuperamos lesionados, sino debemos evitar que haya lesiones. El trabajo terapéutico y preventivo es fundamental. Por eso tratamos de cuidar de los jugadores y sus necesidades. Todas las pequeñas molestias, los pequeños golpes y lo que pueda surgir lo debemos solucionar en el día a día para que puedan continuar compitiendo. Eso es lo más bonito y lo más exigente que tenemos en el día a día.»
P: Después de los primeros meses, cuéntanos tus sensaciones.
Raúl Quintana: Es algo que siempre quise vivir, siempre tuve esa meta. Se ha cumplido mucho antes de lo que pensaba y está siendo una experiencia muy enriquecedora. El equipo está en línea ascendente, los jugadores están físicamente bien y los resultados salen, eso es lo positivo. Lo negativo, pues los nervios del principio, ser nuevo en un vestuario al que hace nada animaba… Y el inglés, que es algo que me ha tenido un poco preocupado pero poco a poco las cosas van saliendo. Los jugadores ponen mucho de su parte.
P: Por ahora, te ha tocado más el ‘sufrir’ los viajes. ¿Cómo se lleva?
Javier Guerra: Cuando entré en el equipo tenía claro que además de ser bonito el trabajo también es muy sacrificado. Tanto Jose como Nelson me habían comentado que renuncias a tiempo con tu familia y tus amigos. Los primeros viajes han sido experiencias diferentes. Pasas veinticuatro horas con los jugadores, con el cuerpo técnico. Se trabaja mucho porque acabamos a la una de la mañana para que los jugadores puedan jugar en las mejores condiciones. Tiene la parte negativa de tener que sacrificar tiempo con tu gente cercana pero tienes el aliciente de tener esa convivencia con los jugadores que es muy enriquecedora.