Era un partido clave y el Herbalife Gran Canaria disipó todas las dudas con un contundente triunfo.
El Herbalife Gran Canaria saltó al parqué del Nou Congost conocedor de que sus inmediatos rivales en la lucha por un billete a la Copa del Rey habían perdido en la jornada. Tanto RETABet Bilbao Basket como MoraBanc Andorra fueron incapaces de ganar, lo que permitía al equipo claretiano depender de sí mismo, por primera vez en el curso, para estar entre los ocho primeros.
A priori, el rival invitaba a ser optimista. Los de Casimiro visitaban a un ICL Manresa en horas bajas, colista con un solo triunfo, y en pleno momento de «efervescencia», como decía el propio entrenador claretiano, otrora campeón de ACB en tierras manresanas. Pero también explicó que no había espacio para la relajación, y sus pupilos hicieron caso. Empezó con el ejemplo Eulis Báez. El capitán amarillo anotó los primeros cuatro puntos del partido y le siguió Bo McCalebb. A ellos se le sumó Hendrix y una canasta suya disparaba la renta a los dobles dígitos (0-10, minuto 5) en los compases iniciales.
La salida de Aranitovic activó al conjunto local. Ibon Navarro acertó al dar cancha al canterano de Partizan, que anotó ocho de los trece puntos manresanos del primer cuarto. Un triple de Kuric lanzó la diferencia hasta los trece (8-21, minuto 8) antes de que ICL Manresa recortase distancias (13-23).
La resistencia duró poco. El tiempo de descanso entre cuartos no vino bien a un ICL Manresa que lo intentaba con más corazón que talento. Machado, llegado esta semana para tomar el mando desde la dirección, no encontraba la manera de hacer carburar a su equipo; tampoco un Costa desacertado. Fallo tras fallo, los manresanos veían cómo se escapaban las opciones de victoria antes de lo esperado. Porque Herbalife Gran Canaria, eso sí, no levantaba el pie del acelerador. Y con un parcial de 0-10 en tres minutos y medio (13-33, minuto 24) dinamitaban el choque.
Casimiro aprovechó el tiempo muerto solicitado por Navarro para dar entrada a Ryan Hollins, que debutó en Liga Endesa bajando un alley-oop servido por Royce O’Neale en su primer ataque. Rabaseda, igual de intenso que siempre, disfrutó del acierto exterior con un triple desde más de siete metros que situaba un tanteo vergonzoso (16-40, minuto 26) para la parroquia manresana.
Los aficionados locales encontraron en Suggs la única esperanza para seguir soñando con el triunfo. Incluso llegaron a disfrutar de un parcial de 6-0 que apretó algo las cosas. Sin embargo, el dominio de los grancanarios era absoluto. El tempo, el ritmo, las situaciones de juego. Ningún reproche a un equipo amarillo que enfiló el túnel de vestuarios con veinte de ventaja tras triple de Sasu Salin (30-50).
Sin piedad con la Copa en la mente
El Herbalife Gran Canaria había ganado los dos primeros cuartos por una renta de diez puntos cada uno, y ambas ventajas habían sido cimentadas en parciales de 0-10 en la salida de sendos actos. El guion, como si de una serie procedimental y aburrida se tratara, se repitió: arrancó el tercer cuarto y el Herbalife Gran Canaria logró un parcial de 0-10 que elevó la diferencia a los treinta puntos, y llevó a los isleños a doblar a los manresanos (30-60, minuto 23) con un genial Bo McCalebb.
Los de Navarro, otra vez, cumplieron su rol y reaccionaron con un tímido parcial de 7-0 al que respondió un Bo McCalebb cuyo rendimiento liguero sigue en clara línea ascendente. Fue momento luego para un Pasecniks que, con la irrupción de Ryan Hollins, vio cómo su cantidad de minutos bajó levemente. La aportación del letón, eso sí, fue notable como de costumbre en las últimas semanas. Entre él y Kyle Kuric, que se soltó en la anotación, hicieron que la diferencia volviera a rozar la treintena al término del cuarto (48-76).
Intentó salvar la cara un ICL Manresa superado en todo momento. Un parcial de 8-2 de salida les permitía maquillar el resultado (56-78, minuto 32) tras un minuto y medio en el que lograron superar al Herbalife Gran Canaria en el intercambio de canastas. Sin embargo, fue efímera una alegría pírrica para una afición hastiada. Kuric se puso las botas y engordó su estadística anotadora para irse hasta los 21 puntos finales. Rabaseda ayudó y Hollins bajaba otro alley-oop para poner treinta (60-90, minuto 36) de por medio.
Pasecniks lograba poner tres dígitos en el electrónico amarillo con dos tiros libres. En los minutos finales, solo hubo que destacar una técnica a Ryan Hollins, que en su debut en Liga Endesa aportó 4 puntos, 4 rebotes y un tapón. Al final, 70-102 en la segunda victoria más abultada a domicilio en la historia claretiana, y octavo puesto en la tabla clasificatoria que permite al Herbalife Gran Canaria depender de sí mismo para estar en la Copa del Rey.