La diferencia en el acierto en el triple fue clave para que el triunfo se lo quedara Valencia Basket.
Apenas transcurrieron tres días desde la última jornada de fase regular, pero pareció todo un mundo por todo lo que la eliminatoria entre taronjas y amarillos dio de qué hablar. La plaza de Euroliga como tema principal pero, también, lesiones, maldiciones y todo tipo de asuntos. Al final se resumía a una primera batalla en la Fonteta. Doce contra doce, cuerpo técnico contra cuerpo técnico, y un balón de baloncesto como mediador. El trasfondo de meses y meses de competición quedaba en un segundísimo plano.
En el arranque se mostró mejor un Herbalife Gran Canaria agresivo en ambos lados de la cancha. Báez convirtió el primer ataque desde fuera hacia dentro sin ningún tipo de reparo. El conjunto claretiano, en Valencia vistiendo de burdeos, asfixió a un conjunto taronja sin muchas ideas en el inicio. Un triple en transición de Gal Mekel (0-7, minuto 3) disparaba la renta isleña. Los de Vidorreta, mejor equipo en triples de toda la Liga Endesa -y con diferencia-, se encomendaron a su arma principal. Van Rossom rompió el hielo y edificó la reacción local.
El Herbalife Gran Canaria seguía transmitiendo mejores sensaciones, pero de poco servía ante el acierto valencianista. Además, los tiros del lado amarillo no entraban. Se movía el balón, los exteriores disfrutaban de una buena selección, pero el balón no besaba la red. Jugada a jugada, Valencia Basket no solo culminó la remontada sino que fue abriendo brecha poco a poco. Los de Casimiro no lograban superar los nueve puntos cosechados en los primeros tres minutos y medio de partido. No había manera, ni tan siquiera cargando con acierto el rebote ofensivo. No caían los puntos y al otro lado del Turia llovía. Doornekamp clavaba un triple sobre el crono desde su cancha para júbilo de la parroquia local (22-11).
Era la máxima diferencia y llegaría a ser de catorce puntos con un triple de Abalde y una canasta de Buva (27-13, minuto 13). En más de tres minutos de segundo cuarto el Herbalife Gran Canaria fue capaz de anotar únicamente una canasta. La diferencia era significativa, el acierto exterior del Valencia Basket era altísimo, Bojan Dubljevic causaba estragos en la pintura… Pero los de Casimiro no desesperaron. Siguieron defendiendo con confianza, procurando contestar lo mejor posible los lanzamientos del rival. Aguilar se erigió como protagonista anotando seis puntos consecutivos (27-19, minuto 14) para forzar el tiempo muerto de Txus Vidorreta.
No surtió mucho efecto. El granadino fue el aliado perfecto de un Oriol Paulí que, con intensidad en la presión sobre el balón, fue capaz de liderar la defensa claretiana. Con Fischer -titular- y Balvin con dos faltas cada uno, Anzejs Pasecniks surgió de entre las sombras para reclamar su lugar. El pívot letón fue capaz de defender a Dubljevic con más o menos acierto y, sobre todo, aportó muchos puntos en ataque. Un palmeo suyo (31-31, minuto 19) igualaba el partido. Un triple de Báez llegó a dar tres de ventaja a los amarillos antes de que San Emeterio recortara distancias antes de llegar al descanso (35-36).
La falta de acierto como condena
Había sido un partido de rachas en la primera parte y, si el guion se repetía, le iba a tocar al Valencia Basket dar réplica al buen segundo cuarto (13-25) protagonizado por los claretianos. Gal Mekel intentó que no sucediera así anotando cuatro puntos consecutivos (36-40, minuto 23) en el arranque. Sin embargo, los esfuerzos del hebreo no fueron suficientes. Los amarillos volvieron a sufrir lo indecible para anotar y Will Thomas apareció para liderar un parcial de 10-0 (46-40, minuto 26) que significó el tiempo muerto de Luis Casimiro.
Oriol Paulí cortó la sequía anotando un tiro libre y Marcus Eriksson, inédito en casi todo el tercer cuarto, convirtió una canasta inverosímil que parecían reactivar el ataque claretiano. Pero se quedó en eso. Los amarillos se quedaron en tan solo siete puntos en todo el acto y fue una rémora, eso sí, no tan grande como podría haber sido. Y es que la escuadra grancanaria siguió defendiendo con acierto para que los taronja, a pesar de su porcentaje exterior, cerraran el cuarto con una renta salvable (50-43).
Debía reaccionar sí o sí el Herbalife Gran Canaria si quería ganar la primera batalla del Playoff de Liga Endesa. Tras un comienzo lento en ataque, tónica dominante de toda la noche en la Fuente de San Luis, un triple de Marcus Eriksson (55-48, minuto 33) enchufaba a los amarillos. Pero no hubo manera. El ataque siguió funcionando a cuentagotas y los de Vidorreta lograron circular con maestría el balón para clavar dos triples (61-48, minuto 34) que prácticamente senteciaban el choque.
Quedaban aún más de seis minutos de juego y Casimiro solicitaba tiempo muerto, pero por cómo había transcurrido el choque parecía una quimera que se produjera una remontada. La diferencia llegó a la quincena antes de que Gal Mekel y Oriol Paulí anotasen dos triples para esperanza amarilla. Herbalife Gran Canaria dispuso de hasta tres tiros, dos de ellos en un contraataque de tres contra uno, para seguir rebajando la diferencia, pero no logró materializar ninguno.
La diferencia final, abultada, fue engañosa y producto del acierto exterior valenciano así como de los intentos a la desesperada de los isleños para buscar la remontada. No llegó y Herbalife Gran Canaria intentará este miércoles a las 21 horas en el Gran Canaria Arena que su curso no concluya ahí.