El conjunto claretiano obtuvo un valiosísimo triunfo en la noche en la que confirmó su plaza en Playoff.
El gran ambiente del coliseo burgalés estuvo a la altura de las expectativas. Más de 9.000 fieles se congregaron para celebrar junto a sus jugadores la permanencia en la Liga Endesa tras un curso magnífico al que le restaban tres auténticas fiestas, sobre todo las que se disputaban como local.
Quizá contagiados por el ambiente de las gradas, ambos equipos saltaron al parqué con un grandísimo acierto en sus acciones ofensivas. Los ataques primaban sobre las defensas y se vieron unos compases iniciales de encuentro de ritmo frenético. Es cierto que el equipo de Diego Epifanio fue el dominador en el arranque con un ataque alegre que sobrepasaba las intenciones defensivas de los de Casimiro. Un triple de Cancar desde la esquina ponía cuatro de diferencia (7-3, minuto 3) ante un Granca que solo podía anotar desde el tiro libre.
Sin embargo, una vez roto el hielo, el Herbalife Gran Canaria fue capaz de competir a lo mismo que el San Pablo Burgos proponía. Un triple de Niko Radicevic daba la primera ventaja a los amarillos en la tarde. Pasado el ecuador (9-10, minuto 5) del primer cuarto, ambos equipos encontraron todavía más acierto, lo que hizo que el partido transcurriera a un ritmo altísimo en el que apenas había espacio para el error. Si acaso, para el error en defensa, pues tanto locales como visitantes se aprovecharon de alguna que otra segunda oportunidad y de alguna pérdida tonta para sumar puntos. Cinco puntos del tinerfeño Álex López, recientemente renovado por el club burgalés, pusieron en ventaja a los anfitriones al término del primer período (25-23).
El segundo acto arrancaba amenazando con mantener la tónica: juego alegre, muchos puntos y ningún equipo dominando de manera significativa al otro. Porque si bien el Herbalife Gran Canaria no lograba igualar el magnífico nivel defensivo mostrado ante Unicaja seis días atrás, lo cierto es que los de Casimiro no estuvieron incómodos en el ritmo propuesto. El acierto acompañaba y el esfuerzo de los hombres isleños estaba; la actitud no fallaba, simplemente San Pablo Burgos hallaba la manera de sumar.
Ningún equipo era capaz de dejar al otro atrás. Las alternancias eran constantes en el electrónico y un gancho de Pasecniks (36-38, minuto 16) ponía por delante a los claretianos. Fueron los mejores minutos de la primera parte de la escuadra de Casimiro. Buena intensidad defensiva para secar a Burgos y alguna que otra canasta para llegar a disfrutar de cinco tantos de ventaja. Sin embargo, el rebote ofensivo burgalés hizo daño y las pérdidas -al descanso siete- permitieron a San Pablo Burgos alcanzar el descanso con un partido igualado (43-43).
Apareció el triple
Nada parecía cambiar tras el paso por vestuarios. Ambos equipos intercambiaban argumentos ofensivos de sobra en un partido de ida y vuelta, de alto ritmo y de anotación impulsiva. Cuando los locales parecían coger carrerilla, los visitantes esprintaban para recuperar terreno. Y viceversa. Parecía imposible que ninguno lograra romper el choque. Sin embargo, la mayor tentativa hasta el momento de la tarde estaba a punto de ser protagonizada por el juego exterior amarillo.
Marcus Eriksson, algo desacertado en la primera mitad, se enchufó con dos triples consecutivos. A él le siguió otro de Xavi Rabaseda y una acción de muchísimo mérito de un fajador Luke Fischer, destacado en la lucha en la pintura. Un parcial de 5-11 (61-68, minuto 29) disparaba a los grancanarios, que llegaron a disponer de varias situaciones para ampliar la renta. Sin embargo, no las materializaron y los burgaleses tiraron de garra para igualar la contienda antes de la disputa del último cuarto (69-70).
Lo que estaba claro era que el Herbalife Gran Canaria había hallado el tan necesitado acierto exterior. La bola circulaba bien y con acierto, y los tiros seguían siendo liberados. Pero, ahora, entraban. Pablo Aguilar abrió fuego con un lanzamiento exterior. Y luego, otro. El granadino fue fundamental con 14 puntos en el período definitivo, incluidos cuatro triples de enorme valor. Entre él y Fischer, fajándose como pocos en la pintura (69-78, minuto 33) mantenían una buena ventaja favorable a los isleños.
El colchón llegó a ser de 12 puntos antes de un nuevo empujón de un San Pablo Burgos que, sin nada en juego, quería dar una alegría a su parroquia, probablemente la mejor de todo el curso en Liga Endesa. Los de Epi llegaron a situarse a tan solo cuatro puntos con menos de dos minutos por disputarse. Apretaba la defensa burgalesa, los tiros no aparecían y las posesiones se agotaban. La posesión con cuatro de ventaja parecía abocada a acabar así, pero Pablo Aguilar levantó un triple inverosímil y sobre la bocina que besaba la red.
Fue el tiro definitivo, si bien luego lo remató con un robo y mate a pocos segundos del final. Triunfo de muchísimo valor de los amarillos para asentarse en la quinta plaza tras la derrota de Unicaja, y que además sirve para confirmar puesto de Playoff, algo obtenido con la derrota de UCAM Murcia.