Los amarillos se sobrepusieron a un mal inicio y acabaron sumando un importante triunfo.
El mal recuerdo del inicio de campaña, con un 0-4 de balance, sobrevolaba el Gran Canaria Arena en una cita importante en muchos sentidos. El rival, Unicaja, se situaba por encima en la tabla con dos triunfos de ventaja; era el último encuentro liguero en casa antes de la Copa del Rey, y el partido que precedía a la ‘final’ europea contra Montakit Fuenlabrada, al derbi canario y al propio debut copero.
A los grancanarios les costó entrar en el choque. No se encontraron cómodos en ningún momento ante la defensa del conjunto de Joan Plaza. Los exteriores superaban a sus defensores pero no lograban generar ventajas. En los primeros cuatro minutos de encuentro, los claretianos solo fueron capaces de anotar tres puntos: un tiro de dos de O’Neale y uno desde 4,60 de Eulis Báez. Dejan Musli hacía daño en el bloqueo frontal y los malagueños se escapaban de salida (3-9, minuto 4) con aparente facilidad.
Sasu Salin intentó reactivar a los suyos con un triple, pero la diferencia llegó hasta los dobles dígitos (6-16, minuto 7) con un tiro exterior de Adam Waczynski. La verdadera conexión tardó unos minutos más en llegar y lo hizo, como siempre, desde la defensa. Kuric clavó su primer triple tras dos fallos y empezaron a llegar las recuperaciones. El Herbalife Gran Canaria se hizo grande con intensidad y sumó varias canastas fáciles tras robos. Otras llegaron desde la línea de 4,60 tras faltas obligadas por la defensa malagueña, que en un abrir y cerrar de ojos vio cómo la ventaja de diez puntos se desvanecía (19-16).
El parcial llegó a ser de 17-0 a favor del bloque de Luis Casimiro tras la primera canasta de un Pablo Aguilar sobresaliente en los compases iniciales del segundo acto y otra buena acción defensiva que desembocó en una bandeja de Xavi Rabaseda. Tuvo que ser Alen Omic, que volvía al Gran Canaria Arena vistiendo de verde, quien cortase la sangría. Un triple de Salin elevaba la renta hasta los ocho tantos (26-18, minuto 13) antes de la reacción cajista.
El chispazo lo puso Oliver Lafayette con una de esas mandarinas a tabla que acaban besando la red aunque ésta no quiera. A su acierto le siguió el de un Waczynski que durante gran parte del choque aguantó a los suyos. Smith acabó por igualar el encuentro con una bonita suspensión. La defensa isleña se volvió a convertir en gigante para dejar sin anotar a Unicaja en los últimos dos minutos de cuarto. En ataque, Báez y Hendrix permitían a los amarillos caminar hacia el túnel de vestuarios con cuatro de ventaja (35-31).
McCalebb y Salin lo sellan
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Las fuerzas siguieron igualándose tras la reanudación. El Herbalife Gran Canaria logró varias recuperaciones pero no consiguió sacar nada positivo de las mismas. Nedovic, que apenas había jugado cuatro minutos en la primera mitad, surgió con un 2+1 para apretar las cosas. Los claretianos consiguieron mantener las distancias varios minutos gracias al esfuerzo en el juego interior. Eulis Báez protagonizó dos acciones casi consecutivas de enorme mérito en la pintura, haciéndose hueco entre las torres malacitanas.
Musli y Waczynski se aliaron haciendo cada uno lo mejor que saben hacer: el serbio generando desde el interior y el alero polaco enchufando desde más allá de la línea de 6,75. Entre ambos culminaron una remontada efímera replicada de manera inmediata por el Herbalife Gran Canaria. La igualdad se hacía patente en los continuos cambios de ventaja en el electrónico, que llegaron a su fin con un error en el tiro libre de Fogg. Kuric, algo desquiciado con su mal porcentaje desde el perímetro, cerró el cuarto con un buen triple que hizo levantarse a la parroquia amarilla (57-54).
Kyle Fogg, algo menos brillante que de costumbre en faceta anotadora pero con la misma elegancia de siempre, dio primero en el último cuarto con una bonita elevación. Su tocayo Kuric puso la réplica tras haber fallado otro lanzamiento exterior. El toma y daca tuvo un respiro con un mate de Rabaseda al contrataque y una canasta de Albert Oliver (63-58, minuto 34) que volvía a estirar la diferencia.
Pero Unicaja seguía haciendo la rueda. Siempre por detrás pero sin despegarse de manera significativa en ningún momento. Preparados para el asalto. Llegó con dos canastones de Waczynski -pisando la línea de tres- y un triplazo de Jamar Smith que igualaron el encuentro. Sasu Salin, desde la esquina, respondía con otro acierto lejano. El crono bajaba pero la igualdad seguía siendo la tónica predominante. Se auguraba un final no apto para cardíacos.
No lleva un buen 2017 Sasu Salin. Al finés, eso sí, no se le puede poner en duda su actitud y su predisposición. Siempre dando la cara, listo para tirar el tiro que nadie quiere lanzar. El escolta clavó dos triples fundamentales en la recta final. Fue el cimiento de un parcial de 8-3 en el que colaboró también un McCalebb imparable con un 2+1 de pura raza. A minuto y medio del final, 74-68 para los isleños.
Fogg puso las dudas pero Bo McCalebb arrasó con ellas de un plumazo. El base fue capital en los instantes calientes. Como lo ha sido allá por donde ha pasado en su carrera. Al final, un merecido 76-71 que permite a Herbalife Gran Canaria recuperar terreno en Liga Endesa y afrontar con buena moral el decisivo encuentro europeo ante Montakit Fuenlabrada el próximo miércoles.