Los amarillos fueron muy superiores a un Hereda San Pablo Burgos sin respuesta al dominio claretiano.
Sin tiempo apenas para entrenar, el Gran Canaria se desplazó de Bolonia hasta Burgos en un día para plantarle cara a un enrachado Hereda San Pablo Burgos, que buscaba un triunfo balsámico en la visita claretiana al Coliseum.
En la presentación, la afición burgalesa ovacionó a Miquel Salvó, que visitaba por primera vez la que fue su cancha las dos pasadas campañas. Fisac tuvo a bien darle un puesto en el quinteto inicial al catalán, que jugó un papel clave en los compases iniciales del encuentro. El ‘Granca’ empezó el partido con mayor acierto en ataque que su rival, y con un buen trabajo defensivo que le permitió ponerse por delante. Dos triples de Salvó y Shurna (2-7, minuto 3) daban las primeras ventajas a los insulares. El Hereda San Pablo Burgos tardó en encontrar su ritmo, y se vio siempre en dificultades para atacar la defensa amarilla. La renta visitante llegó a ser de ocho puntos (9-17, minuto 8) tras un tiro libre de Artem Pustovyi. Los locales se animaron tras un tiempo muerto de Olmos, pero el ‘Granca’ cerró el primer acto por delante bajo la dirección de Albicy (16-22).
El francés firmó cinco asistencias en el primer cuarto, y Fisac le daba descanso para dar entrada al recién llegado Kenny Chery. Los claretianos siguieron mandando en el marcador, con Ennis actuando de catalizador y Khalifa Diop haciendo daño en la pintura. La defensa insular seguía siendo notable (21-27, minuto 13) y permitía a los amarillos mantener su ventaja. Si bien el conjunto de Paco Olmos llegó a disponer de un triple para empatar el choque, el Gran Canaria siguió mostrándose superior sobre el parqué del Coliseum. Una canasta de Brussino bajo el aro (28-35, minuto 18) hacía que los grancanarios siguieran disfrutando de una relativamente cómoda ventaja. Hereda San Pablo Burgos, errático desde la línea de 4,60, no aprovechaba sus viajes al tiro libre. Los triples del argentino Brussino hacían volar al ‘Granca’, que se marchaba al descanso con la máxima de la tarde (31-43).
Un tercer cuarto celestial
Artem Pustovyi materializaba la primera canasta del tercer cuarto y, tras un breve intercambio de puntos, Hereda San Pablo Burgos firmaba un parcial de 6-0 para ponerse a ocho. Sin embargo, el Gran Canaria no se inquietó en ningún momento, y con tres buenas defensas pudo devolverle el parcial a los locales. Los triples de Shurna y Slaughter (44-59, minuto 25) ponían quince de diferencia en el marcador de un Coliseum que no dejaba de animar a los suyos. Los de Fisac firmaban un baloncesto efectivo, eficaz, serio y muy superior a cualquier argumento que pudiera exponer sobre la cancha un Hereda San Pablo Burgos superado. El ‘Granca’ volaba sobre el parqué, compartiendo la bola con inteligencia en ataque y defendiendo con solidez. A diez del final, los claretianos rozaban la victoria (50-71).
No le perdía la cara al partido el Hereda San Pablo Burgos, pero no veían manera de acercarse en el marcador a un Gran Canaria intratable. Se lograban poner a dieciséis puntos, pero los claretianos no daban ni un ápice de esperanza a unos burgaleses maniatados por el vendaval claretiano. Los locales trataban de apelar a la épica a base de juego duro, al límite del reglamento, buscando la única manera de frenar el ataque grancanario (65-80, minuto 35). El acierto de Benite lideraba un parcial de 12-3 (70-80, minuto 37) que encendía al Coliseum al ver a su equipo a tan solo diez puntos.
Llegaron a ponerse a nueve los burgaleses, pero al Gran Canaria no le tembló el pulso para acabar sumando un meritorio y sólido triunfo que les hace dormir empatados con el octavo clasificado.